Roi Casal y el final del verano

Ahora sí. Ya estamos de vuelta.
Hacía tiempo que no tenía un verano tan intenso como este. Vigo, Umbrías, algún festival de cortometrajes de por medio, y muchas horas de papeleo esperando la asignación de un nuevo destino para pasar los próximos meses. En resumen, demasiadas cosas por hacer y muy poco tiempo para mí, o lo que es lo mismo, muy poco tiempo para ponerme al día con el mundo de la música y para actualizar, tanto como me hubiera gustado, este blog.
Por suerte, cuando preparaba las maletas para salir en dirección a tierras gallegas, imaginé que a la vuelta todo esto podía pasar, por lo que además de la ropa suficiente, añadí a mi mochila un cuaderno en el que cada noche escribía la crónica completa del concierto correspondiente. De esta manera, hoy por fin puedo retomar el trabajo sin olvidar ningún detalle importante.
En los próximos días, seguiré con papeleos y con otros asuntos que me tendrán bastante ocupado, pero ya por fin podré ir actualizando el blog mas o menos con la misma rutina con la que lo hacía al principio del verano.
Tengo que hablar de muchas cosas, son cinco conciertos muy intensos los que he vivido durante estas últimas semanas, pero como ya he dicho al principio de esta entrada, ya estamos de vuelta.

Sois muchos los que me habéis preguntado que tal fue "Bad Religion". Os prometo que la próxima entrada, será suya, pero hoy, dado que es el primer día después de las vacaciones, hablaremos de algo menos intenso, aunque no por ello, de peor calidad.
Nos centraremos en el concierto ofrecido por "Roi Casal", componente del grupo "Milladoiro", en la plaza de la estrella de Vigo el pasado 10 de Agosto.

Para los que no le conozcan, os lo intentaré describir con una sola frase. Roi Casal es la extraña mezcla de Mercedes Sosa, Sober y una pizca de Van Halen. Además, es el yerno perfecto. Joven, guapo, alguien que ha logrado el éxito a muy temprana edad, fiel a las tradiciones de su tierra, y con ese puntito de rockero rebelde que trae locas a muchas chicas de su generación. Con este panorama, no era raro que en la plaza no entrase ni un alfiler. Sillas llenas y alrededores repletos de un público muy entregado, en los que se podía diferenciar perfectamente a los que ya conocían a Roi entre los que le descubrían por primera vez. Casi todos los de este último grupo, nada más terminar el concierto, acudían en masa al puesto de merchandising para adquirir el cd de "Maxicamente Vello", disco en el que se incluían varias de las canciones que habían sonado allí durante esa hora y media exacta.

El concierto también se podía dividir en dos partes, la más tranquila, que servía de presentación y calentamiento, y la segunda, mucho más intensa. De la primera parte, me gustaría resaltar "Nana a Nuno", canción hecha para su hijo en una noche de inspiración, que recordaba al éxito de Atahualpa Yupanqui "Duerme Negrito".
Tras una canción al más puro estilo "Amistades Peligrosas", llegaba el turno de "Maxicamente Vello", canción que da título a su último disco y con la que quiso reivindicar que parecía que si eras demasiado gallego no te dejaban actuar en sitios como A Coruña, pero en cambio, no dejaban de salir actuaciones fuera de la comunidad.

Tras hacer cantar al público con la adaptación de un poema de Manuel María, transformado en una canción titulada "Ding Dang", llegaba el turno de "Noite de San Xoan", sin duda la mejor canción de la noche. Tras esta, "Iroleré", con la que ponía fin a uno de los conciertos que mas me ha sorprendido en los ultimos meses.

Durante estos días de ausencia, le he seguido escuchando y tarareando, algo que seguramente ocurra a todos los lectores curiosos que quieran buscar más sobre este artista gallego. Yo, desde luego, le recomiendo, y aunque es una pena que ultimante solo actúe por el norte, hago mías sus palabras y terminaré esta crónica con una frase suya; Siempre nos quedará Vigo, esa ciudad, donde todo suena mejor.

Nos vemos pronto, con "Bad Religion".
Un saludo.