lunes, 17 de septiembre de 2012

Magia Celta

Este fin de semana ha despertado en mí un sentimiento hasta ahora desconocido. Por primera vez, en muchos años, me he sentido orgulloso de ser abulense. Yo, que siempre he renegado de esa tierra, que me he autoproclamado hijo adoptivo de vigo, y que he emigrado con la intención de no volver más que para ver a familia y amigos en determinadas ocasiones... Pero tambien, por primera vez, he descubierto una cosa en la que Ávila gana al resto de provincias. Algo por lo que hemos de sentirnos orgullosos, y que todo el mundo debería ir a ver y a visitar al menos una vez en la vida. Hablo, como no, del Mercado Medieval, que este año ha cumplido 16 años con un nuevo record de asistencia.

He visto el Mercado de Cáceres, de Sierra de Fuentes, de Salamanca, el Mercado Pirata de Vigo... todos estaban bien, pero no llegaban al nivel del de Ávila. Este fin de semana, le ha llegado el turno al Mercado Medieval de Zamora, y con este es con el que realmente se me ha despertado el sentimiento que os estoy comentando.

Desorden y des-organización, puestos muy medievales como era el destinado a la depilación láser, por ejemplo, y sobre todo, una nula participación ciudadana. Es cierto que la gente iba, veía y compraba, pero más que un mercado medieval parecía una simple feria de artesania en donde nadie, absolutamente nadie, lucía los trajes medievales que suelen verse en otros mercados de estas características.

Dando un cuarto o quinto paseo por el mercado, y ya con un par de cervezas en mi cuerpo, pensaba en todo esto mientras las ganas de irme a casa se iban multiplicando por minutos. Por primera vez en mi vida, un mercado medieval empezaba a resultarme aburrido. Aún no imaginaba que pronto eso cambiaría, gracias a la magia de la música celta, que es capaz de animar al hombre más deprimido. 
No, no me había olvidado que esto es un blog de crónicas musicales...

Como decía, me disponía a marcharme a casa cuando los primeros acordes de una gaita acompañada de unos tambores llegaron a mis oidos. Como una de las ratas del flautista de Hamelín, algo extraño se apoderó de mí, y mi cuerpo empezó a encaminarse hacía aquel sonido que cada vez se hacía más potente. En tan solo unos minutos, llegué a la puerta del ayuntamiento, y comprobé que allí se reunían los componentes de "Wyrdamur", el grupo de música murciano encargado de amenizar este mercado medieval zamorano.

La primera impresión ya era algo impactante. Su mezcla de estilos, su indumentaria y su maquillaje avisaban que aquel no iba a ser el mismo espectáculo al que estamos acostumbrados en Ávila. Allí, "Els Berros de la Cort" hacen un gran trabajo, pero les falta lo que a Wyrdamur les sobra, carisma y espectáculo.
Wyrdamur no era solo folk. Coreografías, interactuaciones con su público, mucho y muy buen humor, y una increible colaboración con "Emad" y su baile sufí. Ambos, hicieron que por un momento me olvidara de donde estaba, si en Ávila o en Zamora, y me trasladase a ese universo mágico al que solo la música celta es capaz de llegar.

Fue tal la impresión que ahora quiero más. Por eso, nada más llegar a casa me puse a investigar al grupo, y descubrí que lo que había visto hacía unas horas no era más que una pequeña parte de lo que pueden ser. Me explico. En el concierto de calle, no estaban todos sus miembros. Faltaban al menos las dos gaiteras que responden a los nombres de guerra de Peke y Aranekale. 
Tambien descubrimos que son los que acompañan a "Saurom" en el videoclip "Cambia el mundo", y sobre todo descubrimos, que pese a tener solo tres años de existencia como grupo, tienen mucho camino por delante, y no solo como animadores de mercados o ferias medievales...

De momento no sabemos de próximas actuaciones suyas, pero estaremos pendientes.
La leyenda de Wyrdamur ha hecho efecto en nosotros, y no somos de los que nos conformamos con un solo concierto...

Nos vemos pronto.
Un saludo.

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