Mundo Gandul

Un sofá, un grupo telonero de si mismo, dos botellas de ron miel y Robert Trujillo.
Una frase que jamás hubiera imaginado decir y que, sin embargo, puede resumir en tan solo 16 palabras, el subrrealismo vivido la noche del Viernes en la localidad vallisoletana de Santovenia del Pisuerga. Allí, en el Parque Remuel y de forma totalmente gratuita, se celebraba el festival MiraRock, que juntaba en un mismo escenario a "Sin Arreglo", "La Furia", "Mama Ladilla" y "Los Gandules". "Mamá Ladilla" tenía el privilegio de ser el cabeza de cartel de este festival de música idiota, pero hablando con todo el público allí reunido, nos dábamos cuenta de que los verdaderos protagonistas de la noche eran "Los Gandules", algo que ya imaginábamos al comprobar como en todos los carteles que anunciaban el concierto el nombre de los aragoneses sobresalía más que el de los madrileños.
Aprovechando que era un concierto en el que no estábamos obligados a coger el coche para volver a casa, decidimos perdernos a los grupos locales para empezar la noche con una selecta degustación de cervezas belgas, que abrían nuestro hígado para lo que nos esperaba esa noche. Cuando llegamos finalmente al parque, dudando si el concierto empezaba a las 20:30 o a las 22:00, ya que en este aspecto la organización no fue muy precisa, el segundo grupo local terminaba su actuación despidiendose de sus vecinos hasta el siguiente MiraRock. Poco a poco, mientras veía como los pipas sacaban un sillón al escenario, los nervios empezaban a hacerme efecto.

Llevaba muchos años para ver a los gandules en directo, y aunque sé que musicalmente no son gran cosa, tenía cierta información de primera mano que me aseguraba que en directo eran mucho más divertidos que en los discos. La primera botella de ron miel había caido, y el concierto empezaba de la mejor manera posible. El grupo "Escafandra", fetiches de los gandules, hacía su aparicion estelar con trajes futuristas y bailes robotizados.
"El repartidor de la prensa", "Todo Roto", y "Hell Raiser", entremezcladas con la banda sonora de Bob Esponja, divertían a todos los que allí estábamos y sorprendían a la gente que sin conocer al grupo, esperaba algo totalmente diferente.
Tras "Escafandra", Dun y Tobo salieron a saludar al público entre aplausos, mientras nos explicaban que aquel sería uno de los peores conciertos que ibamos a ver en nuestras vidas. Según ellos, como músicos eran malísimos, pero sinceros, eran un rato.
Los Gandules presentaban su cuarto disco de estudio, "Fondo de Armario Stars", y el concierto empezaba con un repaso a los temas centrales de este nuevo albúm. "Huele a Rancio", "Llamadas Entrantes", y "Cleptocuprómano de guante blanco" abrían un concierto que prometía mucha diversión. El duo aragones entrelazó temas de este nuevo album con las canciones que han marcado su discografía, como "Malos tiempos para Sergei", "Calamar o Paloma", o "Verano Gandul", ya acompañados de su corista Suzanne Vaga, que salía a escena para interpretar el que para ellos, era el momento más dificil de todo el concierto, el repaso por las tres versiones de "La Decada Apestosa Mix". Dado el alto numero de canciones incluidas en este popurrí, el grupo no pudo tocar todas, y aunque se echaron de menos algunos clásicos, si que pudimos escuchar "Cuidame el gato", "No tortures a las avestruces", "Voy a hacerme un Jersey", "Alergica", "El elastico", "Torrijas" o "Vete a hacer Gargaras", con una concisa demostración de Tobo de lo que significaba esa expresión.

El momento más idiota del concierto estuvo marcado por las canciones más breves del grupo y que a su vez más han gustado entre sus seguidores, como "Pate de Pato", "Morcilla", "Polichinela´s Song", y "Miguel Ángel", en una versión más larga de lo normal que para mí era totalmente nueva. Por cierto, tengo el vago recuerdo de escuchar un tema inédito, pero lamentablemente, solo es eso, un vago recuerdo...
El final del concierto vino de la mano de dos canciones, "Eran dos punkies requetefinos" y "Ese loco material", esta última, posiblemente uno de los mejores temas de los gandules y que está incluido en su nuevo disco. Se echó de menos "Bayas Bayas", y esa es una canción que tengo que ver algún dia en directo, por lo que me veo obligado a repetir un concierto de los Gandules.
El concierto había terminado. Un concierto en el que Robert Trujillo fue la víctima de las bromas de Tobo y Dun, los cuales no comprenden por qué el bajista de Metallica siempre anda con los huevos.
Fue una hora y veinte minutos que pasaron rápido, muy rápido, y que te dejan con la sensación de querer más. Creo que en eso, todos opinábamos lo mismo. Un concierto de los gandules nunca es largo, y siempre quieres más de su extraña medicina.

No puedo decir lo mismo de Mamá Ladilla. Sí, por fín me quité la espinita que tenía clavada tras no poderlos ver en el Extremúsika 2006 y en el concierto de Ska-P, pero como grupo en directo no me gustó. Disfruté de "Cunnilingus Post-Mortem", pese a que en esta ocasión no llevaba ni un discman ni un pepino, pero un concierto en el que solo te gusta una canción, es mala señal. Tambien, tocar detras de los gandules, es lo que tiene. Ya no te hace tanta gracia escuchar como es "La polla de mi jefe" o saber que "Chanquete ha muerto".

Para terminar, me reafirmo en lo dicho, y prometo que pronto, volvere a un concierto de los aragoneses para escuchar la historia del osito come-bayas. Lo que esta claro es que este fin de semana he aprendido una cosa, y es que, como ellos mismos afirman, un mundo gandúl es posible.
Nos vemos pronto.


Un saludo.