Como ya anuncié aquí en su momento, desde hace unos días se está celebrando en Ávila el festival "Noches y Almenas", un ciclo de conciertos en los que podemos disfrutar, en un marco incomparable como el del Episcopio, de varios artistas que rozan diferentes estilos como el jazz, el blues, el folk o la poesía.
Tambien creo que comenté que pese a que esta edición me parecía la más floja con respecto a otros años, había dos conciertos que quería ver, concretamente el de "Pepe Bao" y el de la cantante "Dani Wilde".
El segundo aún no se ha celebrado, y el primero, el recital que el bajista de grupos como "O´funkillo" celebró el pasado martes, no le pudimos disfrutar. El motivo, una extraña norma que aún hoy, dos días despues, sigo sin entender.
Empecemos por el principio.
Era Martes. Llevaba unos días sin dormir en mi casa, pero el destino quiso que ese día me despertara en mi cama. Desde por la mañana, empecé a pensar en el concierto. Por un lado, dudaba si acudir o no. He ido a muchos conciertos yo solo, pero siempre ha sido en otras ciudades. Los que vivan en grandes ciudades no lo comprenderán, pero Ávila es muy pequeña, y no me gusta ir a un concierto yo solo y que de repente, cuarenta personas me miren raro por el simple hecho que no entienden como una persona puede disfrutar de la música en solitario. Sí, esta es mi ciudad, y así son los abulenses... El caso es que yo quería ir al concierto, pero eso me quitaba un poco las ganas. Por ese motivo, cuando dos personas me dijeron que vendrían conmigo al concierto, las cosas cambiaron, y empecé a sentir esa extraña sensación pre-concierto que siempre invade mi cuerpo a falta de pocas horas para ver un directo.
Era pronto. Teníamos dos horas por delante y sabíamos de antemano que el aforo del concierto no iba a estar completo, por lo que decidimos ir a cumplir con unas obligaciones que teníamos pendientes antes de acudir al recinto. Cuando terminamos esas obligaciones, decidimos que lo mejor sería llegar un poquito tarde al concierto y cenar antes, ya que tenía pinta de que se alargaría bastante y no queríamos que el hambre no nos dejase disfrutar al cien por cien del espectáculo. Además, tan solo llegaríamos 15 o 20 minutos tarde, y suponiendo que el inicio del concierto se retrasase un poco, apenas ibamos a perdernos nada.
Evidentemente, aún no teníamos conciencia de la nueva norma establecida dentro del festival...
La sorpresa nos la llevamos al llegar al episcopio. La música se escuchaba desde fuera. En los jardines de al lado, el bajo magistral de Pepe Bao parecía mover las hojas de los árboles. Todo tenía muy buena pinta. Hasta que llegamos a la puerta y nos dispusimos a comprar la entrada.
Las puertas del episcopio estaban cerradas. No eramos los únicos que habíamos llegado tarde, pero a todos nosotros, un miembro de seguridad nos repetía la misma frase;
"No se puede entrar una vez comenzado el espectáculo".
Sinceramente, entiendo que eso pueda pasar en un cine o en algún lugar donde molestes a la gente que ha llegado con anterioridad, pero en un concierto en donde si llegas tarde, simplemente te pones atras del todo, sin que nadie se percate de tu presencia, no veo un significado coherente a esta norma.
Llevo casi 9 años viajando de concierto en concierto, tres años desde que empecé a contar mis vivencias en este blog, pero esta es la primera vez que veo algo como esto. Y no es por qué nunca haya llegado tarde a un concierto. En más de una ocasión he llegado cuando al concierto le quedaba tan solo media hora para finalizar, y siempre, si yo pagaba mi entrada, me dejaban entrar. Además, como decía uno de los muchos que allí estábamos intentando escuchar el concierto desde fuera, ¿que hay de malo si a mí solo me gusta una canción y solo quiero ver ese tema en directo? ¿Por qué me van a prohibir entrar al concierto para ver los últimos cinco minutos, si yo estoy dispuesto a pagar lo mismo que el que ha visto todo el concierto entero?
Finalmente, decidimos dejar de quejarnos y nos fuimos a ahogar nuestras penas con un helado de cheesecake, preguntándonos si esta norma se empezará a establecer en todos los conciertos de la ciudad.
Lo que no se dan cuenta, es que al final, los únicos que pierden son ellos. Yo puedo volver a ver el concierto en alguna otra ocasión, pero ellos se han quedado sin el dinero de todos los que fuimos con intención de pagar la entrada. Y como ya he dicho, no eramos pocos...
No sé el motivo de esta norma, no entiendo por qué la misma persona que estaba en la puerta para negarnos el pase no podía vendernos las entradas, lo único que espero es que esto no empiece a ser algo habitual en los conciertos a partir de ahora. Por si acaso, el próximo martes, día 20, intentaré llegar pronto al concierto de Sabina. Más vale prevenir, ¿no?.
Nos vemos pronto.
Un saludo.
7 comentarios:
JOder vaya putadón, cosa rara la verdad pero como últimamente la gente inventa leyes para prescindir de las habituales habrá que ir con cuidado.
Bueno helado que te metiste al gaznate no?
Menuda putada y que marcianada que no te dejaran pasar. Yo nunca he llegado tarde a un concierto la verdad, me gusta llegar pronto, no de los primeros que van en primera fila pero si para pillar buen sitio.
La verdad es que viendo en el marco que era el concierto seria una pasada.
Lo que me resulta raro es que no quisieras ir solo al concierto al ser en tu ciudad, yo haría al contrario si fuera en un concierto multitudinario fuera de mi ciudad no iría, pero al lado de mi casa seguro.
Bueno, a ver si tienes mas suerte otra vez.
Uhh. mira, no sabia que eras de Avila. Ahora te comentare una cosa, pero antes decirte que si, que el próximo concierto, mejor que vayas a la hora... ja, ja. Yo tpoco sabía de la existencia de esa norma.
Te cuento, hace años que he perdido la pista a un amigo que tenía en Avila. Lo he intentado de varias maneras, pero mira, acabo de leer que eres de Avila y por probar no pasa nada. Por casualidad no conocerás, o habrás oído hablar de un tal Pablo Collado Jimenez? Imagino que no. Parece que se ha esfumado y mucho me temo que al final habrá cogido un barco y habrá cruzado el Océano.
Un saludo, master, y disculpa que haya convertido por unos momentos tu blog en un busca personas.. ja, ja.
Pues vaya cosa más rara, nunca hasta ahora había escuchado eso de no entrar, pero si hasta en el cine se venden entradas siempre y cuando la película no lleve más de 5 minutos. En fin... vete a saber la norma. También soy como El rey lagarto, de los de llegar pronto, pero no de primera fila, sino para un buen sitio.
Un saludo!
Sergi, había que buscar alternatibas y el helado era la mas refrescante, jeje.
Rey, si conocieses a la gente de Ávila entenderías por qué me gusta más ir solo a conciertos fuera de aqui que a los que se hacen cerca de casa...
Perem, lo siento pero el nombre no me suena para nada. Aún así, si llego a enterarme de algo, que esta ciudad es muy pequeña y todo es posible, no dudes que te avisaré.
E.Vion, normalmente yo tambien intento llegar pronto, pero hay veces que las obligaciones no nos lo permiten.
Un saludo a todos.
Estaremos atentos.
Thanks, master.
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