
Como comenté hace unos días, Zamora gana por goleada a Ávila en lo que a cultura se refiere. Ferias, mucho amor por el cine, teatro, conciertos semanales... La gente tiene donde elegir, pero como siempre, todo tiene sus pros y sus contras, y en ocasiones, como lo ocurrido el viernes pasado, te ves obligado a elegir entre dos eventos cuyas características son practicamente las mismas.
La noche del 21 era la noche del humor. En el teatro principal actuaba "Ricky López", mientras que en la cueva era el turno de "Daniel Higiénico". Al principio dudé, pero finalmente me decidí por ver al "hombre cucaracha". Ahora, creo que fue la mejor elección, y me alegro de ello. Conocía un par de canciones suyas, y me hacían gracia, pero lo que no sabía es que me iba a encontrar con uno de los músicos más carismáticos que he visto hasta el momento, superando, incluso, a Victor Monigote de "Los Petersellers".

Tras media hora de retraso y una pequeña introducción, Daniel Higiénico, acompañado de su pianista David Sam, comenzaba su repertorio con "6000 millones", canción que dá nombre a su último disco y al espectáculo que presentaba esa noche. Ya en la primera canción, sorprendía con su tono de voz, su manera de cantar al más puro estilo Sinatra y su estilismo, que poco recordaban a aquel hombre cucaracha que conquistó la fama en la segunda mitad de los 90.
De este último disco, el cual desde aquí recomendamos encarecidamente, sonaron practicamente todos los temas, salvo "Deduzco". De esta manera, pudimos escuchar "El camarero", una fábula en principio graciosa pero realmente dramática, "Te regalo un blues", "El contrato", "Yo quiero hablar como un argentino", o "El último cigarrillo", todas ellas con la respectiva explicación de como le vino la inspiración. Pero de este último trabajo quisiera resaltar "Nunca es demasiado", una canción que grabada no me decía tanto, pero que en directo se convirtió en uno de los mejores temas de la noche.

Al finalizar el show, "Daniel Higiénico" bajó del escenario para mezclarse con su público e intentar vender sus discos personalmente. Una práctica que hasta el momento solo había visto a "John Mayall" y que, a mi gusto, recupera todo el romanticismo de los conciertos.
La noche había ido mucho mejor de lo esperado. Había disfrutado de la música, me había reído y había descubierto a un genio. Me quedé con las ganas de "El hombre cucaracha", pero supongo que para un artista es dificil decidirse por una de las cuatro versiones que hay para meterla en el directo. También me quedé con las ganas de más fiesta y más alcohol, pero me hago mayor y lo de salir solo me corta un poco el rollo (si esto me lo dicen a principios del 2000, no me lo creo...). De todos modos, ya era tarde, el sábado me quería levantar pronto, y pensé que si volvía a casa, podría aprovechar mejor el día, asique cogí mi cazadora, pagué mi cerveza, y me encaminé hacia mi hogar mientras mentalmente, seguía cantandole al sistema métrico decimal.
Arenys de Mar (11 de Noviembre) y cuatro conciertos en Barcelona repartidos entre octubre, noviembre y diciembre serán sus próximas citas. Si teneís la ocasión, no dudeís en acercaros. Os aseguro que no os arrepentiréis.
Nos vemos pronto.
Un saludo.
3 comentarios:
Llego a ver in cartel con el nombre de Daniel Higiénico antes de leer tu reseña y no hubiera ido al concierto. Los años no pasan en balde jajajaj.
Saludos
Con tu crónica, los títulos de sus canciones y el vídeo que has puesto me han entrado unas ganas tremendas de ver a Daniel Higiénico.
abuelooo!! :P
más vale disfrutar poco y bien que acarrear un resacón mortal, que ya vamos teniendo una edad, oye.
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